EN EL OLVIDO


SUSPIROS
No dejes la puerta de tu corazón abierta porque pueden escaparse tus suspiros y está el demonio al acecho, traidor, disfrazado y astuto, porque los quiere hacer suyos. No hagas caso de su engañoso canto, de su ladina sonrisa, de sus pérfidas promesas, no hagas caso de sus fingidos suspiros. Tú ya sabes que yo sueño con tus ojos, con tus besos, con tus mimos y que, no siendo el demonio, quiero yo que tus suspiros sean míos.
Leonardo Albert 21/11/14

EL DESTINO
Caminaba despacio sin saber adónde quería ir. Por más que trataba de pensar en mi destino, no conseguía averiguar el camino. Fatigado por la marcha, me senté a descansar a la orilla y me quedé dormido. Soñé que se me aparecía un niño que sonreía feliz. En aquel sitio no había casas ni coches ni ruidos. -¿Qué lugar es éste, niño?- -Se llama “ninguna parte”-. Desperté y comprendí que adonde yo quería ir era a ninguna parte. Leonardo Albert 6/11/14


EL PACTO
“Cariño, tengo mucho que hacer en la oficina y llegaré muy tarde a casa, así que no me esperes levantada. Cenaré algo ligero en la cafetería de aquí”. Llego a casa a las cuatro de la mañana, muerto de cansancio. Vivo en un quinto piso sin ascensor. Me encuentro, en el rellano, al perro y la bolsa de basura con un letrero que dice: “Cariño, ¿recuerdas el pacto? Hoy te toca bajar la basura y sacar al perro, No me despiertes cuando entres”.
Leonardo Albert 24/10/2014


LOS ESPEJOS.


Estaba sola, sus padres se habían ido sin decirle nada. Salió en su busca y las calles estaban llenas de gentes que no conocía . La inquietud se apoderó de su ser, notaba que aún siendo hermosa, nadie se fijaba en ella. Sintió desesperada el deseo de refugiarse. Al entrar en su casa, en el espejo del recibidor , vio una figura que le provocó un terror incontrolable. Miró en todos los espejos y allí estaba ese cuerpo enjuto que la miraba fijamente. La encontraron después de varios días, tendida sin vida en el suelo.¡ Pobre mujer morir tan sola! ¡Tenía más de noventa años! Comentaban unas vecinas.
M. Lidón Navarro Nos. 20/10/14


LA VECINA

-Vecina, dame esa pócima secreta que tú tienes de estricnina, que quiero envenenar a mi marido-.-Piénsatelo, mujer, y verás que no vale la pena-. -Pues, a ti bien que te fue, nadie se metió contigo cuando envenenaste a tu marido-. -Los trabajos bien hechos tienen su premio-. -Pues, eso es lo que yo quiero, vecina, hacerlo bien-. -Lo siento, pero no puedo dártela de ninguna manera porque me he vuelto a casar y la necesito yo.
Leonardo Albert 16/10/14

....

La niña en su cama, encogida de miedo. Unos golpe secos sonaban en su ventana: POM….POM…POM…Cesaban y volvían a repetirse. Su ritmo no era acompasado. A veces seguidos, rápidos. Otras, más lentos, descansaban y volvían a repetirse. La niña, pedía ayuda sin voz, sin palabras. Al despertar comprobaron que el viento de la noche, había desprendido la persiana.
Castellón, 8 octubre de 2014 Emilia Marco Muñoz



EL SEMÁFORO

El semáforo estaba en rojo, tenía que esperar a que se pusiera en verde para poder pasar. El tiempo que dura el semáforo en rojo siempre es el mismo, igual da que tengas prisa o no, pero era desesperante la tardanza porque el deseo era muy grande. Iba pensando en mi amor. La echaba tanto de menos. Necesitaba verla, sentir su presencia. Me lo pasé en rojo y pasé del estado de coma a la luz eterna donde ella sonreía. Me estaba esperando.

Fdo. Leonardo Albert



CATALEPSIA

Cuando iban a enterrarme, con el movimiento del ataúd producido sin querer por los que me llevaban a hombros, resucité, volví a la vida. Tras la primera impresión, todos se alegraron mucho. Con el paso del tiempo volví a morir y ocurrió lo mismo. Incluso hubo una tercera vez. A la cuarta, pusieron mi cadáver sobre unas angarillas y me dejaron al aire libre. Un mes después, decidieron que ya estaba muerto y me enterraron.

Fdo. Leonardo Albert

1 comentario:

  1. Yo el del semáforo no lo acabo de ver claro.
    Me parece que el susodicho menos aún.

    Saludos
    Julio

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