solo te pido, amor,
nada, solo te pido,
que pedir es mucho,
aunque des todo,
te pido nada, amor,
ya reí creo bastante,
nunca lloraré suficiente.
Te me fuiste buscando acariciarme
con tu cabeza en mi vientre,
no vi en tus gritos de muerte,
que la infección era el final.
Viniste a despedirte con tus ojos limpios
sin acusarme de avaricia
de ignorancia, de mezquindad,
porque no lo puse todo
para salvarte la vida un poco.
Solo supe enterrarte
en la pared de la habitación
donde no te dejaba subirte a la cama
y aún así venías a despertarme
con tus largos bigotes suaves
al rozarme los labios en el sueño.
¡Cuántos días felices nos robó el destino!
Por mi ceguera al pairo
pensando que Dios nunca ahoga,
sin pensar que lo pide todo.
A nuestro amor de año y medio,
les sobraron soledades
pero no le faltaron misterios
que te ibas por las noches
cruzando todos los huertos
y volvías si volvías,
con los apetitos satisfechos.
El gran cazador de musas
herido y maltrecho
me quiso para siempre
y para nunca despertar
se durmió en mi lecho.