Se transformó, como lo
hacen
las estrellas moribundas,
se mezcló con las olas en
la playa,
soñó que era viento
entre los pinos,
y de pronto imaginó:
la inmensidad de un
océano,
el abrazo de la niebla,
el brillo del rocío en la
mañana,
la nieve bajo sus pies,
y de pronto imaginó:
la felicidad infinita.
Mª
Ángeles Fernández Giménez
No hay comentarios:
Publicar un comentario